El desarrollo de competencias
conlleva un fuerte trabajo colaborativo para resolver la situación
problemática, ya sea como proyecto, estudio de caso o problema de contexto, y
así́ generar un producto principal. Lo anterior implica organizar el trabajo en
equipo para buscar y discernir la información que con fundamentos y relevancia
permita resolver la situación, diseñar el producto y la estrategia para
crearlo, así́ como la elaboración del mismo y su socialización en la forma que
se determine en el grupo o por el profesor. Lograr esto requiere de ambientes
armoniosos y colaborativos, de ahí́ la importancia de este tema.
Ambientes de aprendizaje
Ambiente centrado en el alumno. Los
diferentes contextos, culturas e intereses de los alumnos hacen variar su
compromiso con el aprendizaje, por lo que el docente debe poner atención en el
punto de partida de cada alumno y en sus progresos en el aprendizaje. Las
actividades destinadas a los alumnos deben ser diseñadas para que se puedan
realizar, aunque es importante que sean un reto para que ellos conserven e
incrementen su compromiso con el aprendizaje y evitar la decepción. Lo anterior
debe ayudar a los alumnos a conectarse con los contenidos por enseñar.
Ambiente centrado en el conocimiento. Implica tener claridad sobre qué enseñar. En
este punto, la clave es identificar los contenidos fundamentales de la
asignatura, es decir, los que permitan al alumno construir los demás contenidos
del currículo, así́ como nuevos contenidos curriculares posteriores e,
idealmente, un aprendizaje permanente a lo largo de toda su vida. Como los
programas de estudio exceden el número de contenidos que es posible enseñar en
el corto tiempo dado a las asignaturas y los libros de texto se extienden
demasiado en su desarrollo y en los detalles, lo anterior representa un cambio
de actuación del docente para desarrollar el currículo: realizar un ejercicio
de planeación que dé entrada y ubique los contenidos fundamentales por bloque,
unidad o tema, los vincule con algunos de otras asignaturas y diseñé secuencias
didácticas que “usen” los libros de texto e incorporen materiales diversos en
diferentes soportes (periódicos, revistas, Internet y discos, además de los
libros de las bibliotecas escolar y de la localidad).
Ambiente centrado en la evaluación. Con un enfoque que permita a los alumnos
retroalimentar sus logros de aprendizajes, con niveles de desempeño explícitos
que los impulsen a obtener cada vez mejores logros. Una vez que el docente
define el conocimiento que el alumno debe aprender, se requiere de la
evaluación para monitorear su progreso, saber en qué́ fase se encuentra en el
desarrollo de su pensamiento formal y rediseñar las estrategias de enseñanza.
Para lograrlo se requiere que el alumno desarrolle la metacognición con el fin
de que se comprometa con sus aprendizajes y rebase la asociación de la
evaluación con una calificación aprobatoria.
Ambiente centrado en la comunidad. Comprende
modificar la actuación general de las escuelas, que comúnmente actúan al margen
de su comunidad. Como cada escuela opera dentro de la cultura comunitaria, la
cual permea en los comportamientos, actitudes y creencias de sus alumnos y
padres de familia, esta influye en la interacción de los individuos y media el
aprendizaje. Considerar a la comunidad e involucrarla en algunas acciones y
decisiones requiere de desarrollar una cultura de cuestionamiento y, por tanto,
asumir riesgos de mayor trascendencia. La escuela puede aportar mucho a la
comunidad mediante la extensión académica durante el desarrollo de temas de
alto contenido valoral por parte de los alumnos, así́ como de los productos
generados, como la elaboración de folletos, periódicos o trípticos, impartición
de conferencias u organización de mesas redondas.
Estrategias para crear ambientes de aprendizaje
·
Mostrar a los alumnos mediante
acciones la convicción de que pueden aprender con expectativas altas, sobre
todo a aquellos cuyos contextos sociales son los menos favorecidos (Reimers,
2003).
·
Enseñarlos a pensar científicamente,
con rigor o lógica pero siempre con fundamentos y respetando las ideas de los demás.
·
Desarrollar en ellos actitudes
positivas y motivarlos a que aprendan, para que valoren la importancia del
conocimiento y el desarrollo de sus competencias.
·
Retroalimentarlos frecuentemente, con
tiempo suficiente y con criterios de referencia. La retroalimentación debe ser
afectiva y cognitiva, que propicie que los alumnos enmienden sus errores, para
que a la larga lo hagan sin la intervención del maestro, jefe o autoridad.
·
Mantener el interés en el aprendizaje
mediante el reforzamiento de sus progresos y esfuerzos. Se pueden usar ejemplos
que permitan a los alumnos valorar como algún personaje obtuvo sus logros
gracias al esfuerzo realizado para superar inconvenientes y después que
recuerden como ellos han superado algún reto en actividades relacionadas con algún
interés en los deportes, la música, la actuación, un concurso, etcétera.
·
Propiciar y trabajar la
metacognición, sobre todo para que se autoevalúen y se hagan responsables de
su desempeño académico. Asuntos centrales para la metacognición son el
proceso, la claridad y la precisión del aprendizaje, así́ como el cumplimiento
de metas. La coevaluación combinada con el pensamiento crítico, creativo y
autorregulado permiten una autoevaluación más objetiva (Marzano et al.,
1997).
Por otro lado, el diseño de entornos de aprendizaje
digitales (Chan, 2013) favorece que el alumno
desarrolle competencias relacionadas con las tecnologías de la información y la
comunicación, las cuales se vinculan con las competencias profesionales que
exige la sociedad actual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario